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noviembre 6, 2018

Influencers: El mundo de estos «super-humanos» aún está permeado por varios mitos

Los influencers están bajo los focos de la industria en prácticamente todos los rubros, pero aún siguen generando dudas entre algunos agentes del mercado, por eso consideramos darle una mirada a qué está pasando con éste universo de Super-Humanos en la red! 

¿Qué es lo que ha pasado? De repente dejamos de ver actores, actrices y cantantes en las publicidades de nuestros productos favoritos y de repente aparece una persona a la que no conocíamos y buscando su nombre para saber quien es, nos deparamos con cuentas en redes sociales que acaparan millones de seguidores y que definitivamente dictan la pauta de gran parte de su público, sobre todo con relación al consumo de los mismos, ya que el estilo de vida y elecciones de su «influenciador» incidirá en sus decisiones de compra en una gran mayoría.

QUIENES SON?

Muchos de ellos están hace años en las redes y comenzaron sus carreras con pequeños blogs que resolvían algún problema, o que hacían contenido divertido. Luego gran parte migró a Youtube (con el auge de contenidos en vídeo) y otro tanto para Instagram, dependiendo del público que atendían. Hoy día no se concentran en una sola red, sino que hacen que todas trabajen en conjunto para proyectar aún más sus «poderes» sobre el rebaño de personas que «dominan».

El universo de los Youtubers ya es la niña de los ojos del marketing de marcas en el Mundo. En una época de intensa competencia, la única forma de aproximarse de los consumidores, es a través de la empatía y de las relaciones cercanas. Para que eso suceda, la marca debe ser cada vez más humana y utilizar la influencia de ese youtuber, que a diario habla con sus seguidores de una forma afable, casi como un amigo dando consejos y orientando el pensamiento, parece una forma perfecta de humanizar productos y servicios y permear la dura capa de resistencia a la publicidad tradicional que especialmente los millennials poseen.

La verdad es que muchas empresas gastan millones por el poder de esa influencia que estos «super-humanos» en red poseen. Mucho dinero ha invadido este espacio en un mercado muy lucrativo. Hay mucho joven de menos de 30 años que ya no necesitaria pensar en trabajar más en toda su vida con el dinero que ha generado trabajando «de youtuber», y que hoy día pueden llegar a cobrar la friolera de hasta 10 mil dólares por una mención / recomendación en sus redes sociales…

ENGAGMENT

Los influencers vieron «la jugada» y entre 2017 y 2018, las ganancias de los más relevantes de las redes, ha sido algo impresionante. De repente empezamos a verlos en los programas más vistos de la TV, como portada de revistas que hasta ahora solo colocaban modelos, actores, actrices y cantantes, copando todos los espacios off y online. Y hemos visto todos estos medios lograr engagment en sus publicaciones extraordinarios cuando presentan algún influencer digital en sus artículos, o notas.

La búsqueda por influencers aumentó al menos 5 veces en el último semestre y su presencia en canales habituales (radio y tv) es garantía de picos de audiencia. Muchos de ellos inclusive han sido invitados para hacer películas sobre ellos mismos, escribir libros sobre su carrera, entre otros lujos de la efervescencia de su «profesión» en este momento.

RETENCIÓN

Los influencers están siendo vistos como la nueva salvación del marketing digital (y del convencional también!), ya que si comparamos la retención de un post de la red social de una marca, con una publicación de un influencer en sus redes mencionando esa marca, las diferencias están a la vista y son innegables.

Normalmente la gente no sigue perfiles de las marcas, y los millennials especialmente tienen aversión a la publicidad tradicional, pero cuando es el influencer quien recomienda tal producto o servicio, los seguidores del influencer ya asocian la marca mentalmente, recordarán la recomendación o promoción que realizó su influencer sobre la marca y será alcanzada la audiencia específica que se buscó, la cual probablemente acabe comprando aquel producto o servicio, solo porque el youtuber dijo que lo compró, lo probó y le gustó.

PERPETUIDAD

Tomando el caso de Brasil por ejemplo, los youtubers de ese país, salvo algunas excepciones extranjeras, son los más famosos del mundo. Sus cuentas millonarias en seguidores, y la cultura del uso de redes sociales en el país hacen que cada uno de estos personajes, así sea con un post de 1 palabra, alcancen millones de personas en menos de 1 día. De los influenciadores existentes, los youtubers son los más famosos por sobre los instagrammer, o los twitteros. La preferencia por el vídeo nació con el público joven, pero a medida que ese público joven envejezca, la cultura se esparcirá y consolidará.

Nada más en Brasil hay alrededor de 350 canales con más de 1 millón de inscritos cada uno, en un universo de unos 422 mil creadores de contenido. En total todo el contenido producido en el país alcanza la friolera de 38 mil millones de reproducciones de video por MES.

MICRO-INFLUENCERS

Las marcas siempre creen que quieren trabajar con los grandes, porque los han visto en los medios, o porque sus hijos los siguen, pero este universo de los influencers es mucho más variado de lo que habitualmente se podía programar en un Plan de Medios convencional.

Inclusive ser recomendado por un gran influencer, puede provocarnos daños si es que nuestra empresa no está preparada para recibir una avalancha de consultas o pedidos, or lo cual, las empresas deberían orientarse a influencers que estén adecuados a lo que la empresa puede dar. Si apenas el 5% de personas que ven un youtuber de 20 millones de seguidores decide hacer una consulta a nuestra empresa, las líneas podrían colapsar, si de esos apenas el 5% decidiera comprar nuestra cadena de suministro y entrega también podría fallar… o sea… un desastre!

Por ello, no solo debemos pensar en los Influencers más visibles, sino en los Micro-Influenciadores. Aquellos con canales medianos (entre 10 mil y 100 mil suscritos) porque solo ellos, generan el 25% de las visualizaciones de la plataforma Youtube y para muchas PYMES, la influencia generada por estos micro-influenciadores será la justa para comenzar a destacar en ventas y crecer y luego si… a las grandes ligas de Influencers de millón y más.

CONVERSIÓN

Uno de los mayores mitos (creados por sus detractores) es el de que los influencers no convierten en ventas. Existe un caso muy famoso de Dove, sobre la preventa de un producto que ni siquiera existía y que en una semana de ser «beneficiado» por las recomendaciones de Influencers, había vendido 724% más que su competencia durante el mes entero… si eso no es ROI….!!!

CONCLUSIONES

De hecho los Influencers, ya sean youtubers, instagramers o twitteros están si en el centro de la generación de leads, y son si relevantes para que su público elija probar un producto o servicio. Muchos vinculados al viejo marketing los veían como seres que ya pronto se irán y volveremos a las viejas tácticas de mercadeo… pero la mala noticia es que no… ellos no se irán.

También es muy importante entender, principalmente para el Influencer que debe saber administrarse. Esto quiere decir que no porque se le pague por recomendar, va a recomendar desde una marca de zapatos, hasta una cirugía… Los influencers deben administrarse tanto como cualquier marca, porque si es aquel influencer que anuncia de todo para todo el mundo, inclusive sus propios seguidores lo van a ver como un cartel de publicidad ambulante y su relevancia a la hora de publicitar caerá dramáticamente.

Y para las empresas, no basta solo irse con el influencer de moda. Al elegir una de las caras que saldrá a hablar por nuestra marca, debemos revisar el background de esa persona, también ver que otro tipo de productos ha recomendado, que mensaje está dando a sus seguidores, que tipo de seguidores posee, etc. Porque no sería la primera vez, que se asocie una marca, o bien con un publico del influencer fuera del público objetivo de la empresa, con un influencer que antes ha hecho publicidad para nuestra competencia, o lo que es peor, quedar nuestra empresa asociada con un mal comportamiento de un influencer y la marca acabe pagando las consecuencias en imagen.